Creo que aún sé cómo destrozarle la vida a un hombre.



sábado, 8 de diciembre de 2012




8 de diciembre de 2012

LA MONJA

A las diez en punto de la mañana sonó el teléfono.
- ¿ Si?-
- Es la Policía?-
- Siempre la misma pregunta. Y siempre me dan ganas de contestar lo mismo. No, no es la Policía. Esto es un sanatorio para idiotas como tú.
-- Hola, continuó diciendo la voz. Soy la chica que denuncié ayer el tema de la violación y es que hoy no puedo ir a declarar porque tengo que ir a la Asociación de Mujeres ....
Chispa salió del Grupo dando un portazo. Lo que se temía. Otra mal follada, seguro. No falla. Increíble.Cuanto más lo pensaba más se enfadaba. Todo el protocolo para nada. Tantos profesionales para ella solita y se preocupa antes de asesorarse que hablar con quien realmente debe, o sea, yo.
Entró en el despacho del Comisario sin esperar su permiso. Su enfado aumentaba por segundos.
-- Jefe, lo que yo decía. Puede creer que..
De repente volvió a percibir ese olor y lo vio.
--Perdón, siento la irrupción, dijo Chispa
El Comisario Casteleiro la recriminó con la mirada y muy serio le contestó.
- Mª Jesús, hablamos más tarde, ya te llamaré yo.
Chispa salió rapidamente. Dios mío. Claro, es el mismo del ascensor. y que hacía allí? .
En ese momento aparece el policía con peor suerte de la Jefatura, su compañero Perez y empujandola hacia las escaleras le dice que tiene localizado al tio que se acostó con su vecina casada y ahora ...

6 de diciembre de 2012

UN DIA CUALQUIERA

Otro día igual, pensó Chispa. Últimamente estaba un poco desganada y ese no era buen síntoma, De verdad no sabía que le ocurría? Solo necesitaba parar. Pero cuando? Continuaba con sus cábalas cuando de repente su sensible pituitaria percibió un olor, era el olor, era aquel olor pero de dónde provenía?. Recorrió el pasillo de la Comisaría expectante y su adrenalina disparada, pero no ocurrió. No vio a nadie.Vio al Comisario Casteleiro. Pero él no era. Cuanto tiempo había pasado desde que lo vio por primera y última vez?
--- Puedes venir a verme ahora? -
--- Claro Jefe, dejo el bolso en el grupo y voy ahora mismo.
El Comisario Casteleiro era el Comisario. Había otros, uno por Brigada pero él era diferente. Cincuentón, de complexión delgada, muy hablador, siempre mal vestido y un buen policía. Todos pensaban que siempre estaba nervioso pero Chispa no lo creía. Su estress era un enfado contante, la mayoría de las veces con razón. Su problema era que no sabía deshacerse de sus incompetentes.
Chispa entró en su despacho. Su Jefe le miró de refilón el escote, hecho que a Chispa no le afectaba en absoluto.Y comenzó diciendo...
--- Ayer se presentó una denuncia por agresión sexual. Al parecer la denunciante se citó voluntariamente con el agresor al que conoció en una página de encuentros. La guardia de noche la citó para esta mañana y ya sabes, toda la carne en el asador.
--- Muy bien Jefe, pero ya sabe como soy. Estoy harta de denuncias falsas de violaciones así que ya con lo que me dice... aunque claro siempre lo mismo. Si ella dice no es no.
--- Ya, ya, de esos podíamos hablar y hablar pero ya sabes que de juzgar nada de nada así que cuando termines con ella me cuentas aunque tengo que recibir al nuevo Comisario,
Chispa apenas le prestó atención. Solo pensaba en la víctima y en la batalla que contaría sobre alguien que conoció a través de Internet y que la había violado o no.

26 de marzo de 2012

Su Presencia



- Hola, me dijo.Creo que estoy perdido.
Yo no podía dejar de mirarlo. Ese pelo, ese color de pelo canoso y ese olor...
- A dónde vas?
- Quiero salir pero no sé como. Soy nuevo.
- Yo te acompaño a la salida, le dije.
- No es necesario.
- No importa y volviendo sobre mis pasos le acompañé por el pasillo hasta la salida.
- Gracias.

Su Presencia



- Hola, me dijo.Creo que estoy perdido.
Yo no podía dejar de mirarlo. Ese pelo, ese color de pelo canoso y ese olor...
- A dónde vas?
- Quiero salir pero no sé como. Soy nuevo.
- Yo te acompaño a la salida, le dije.
- No es necesario.
- No importa y volviendo sobre mis pasos le acompañé por el pasillo hasta la salida.
- Gracias.

Su Presencia

- Hola, me dijo.Creo que estoy perdido.
Yo no podía dejar de mirarlo. Ese pelo, ese color de pelo canoso y ese olor...
- A dónde vas?
- Quiero salir pero no sé como. Soy nuevo.
- Yo te acompaño a la salida, le dije.
- No es necesario.
- No importa y volviendo sobre mis pasos le acompañé por el pasillo hasta la salida.
- Gracias.
- De nada y por segunda vez volvía subir las escaleras de dos en dos hasta mi grupo.
Otra vez saqué las llaves y abrí la puerta del Grupo. Todo estaba en orden. Me senté y me quedé allí.

2 de marzo de 2012

La primera vez

Recuerdo la primera vez que lo ví. Eran las diez de la noche cuendo entré en la Comisaría. Los policías de seguridad tomaban el primer café de la noche. Es tradición. Subí las escaleras de dos en dos hasta el tercer piso. No tenía prisa pero suelo hacerlo así ( me parece que todavía estoy en forma). Mi grupo está al final del pasillo. Nunca enciendo la luz. Me parece una tontería. Conozco el recorrido de memoria y a esa hora no hay nadie pero esa noche iba a ser diferente. En el preciso momento...

Mi nombre

Mi nombre. Tiene su explicación. Soy una heroína, soy una superviviente pasional con la vida y desengañada de los hombres. Soy la historia de un personaje de novela policial que está pariendose con dolores, escrita por uno de mis seguidores. Ella es Chus Pamela, de profesión Policia.


viernes, 7 de diciembre de 2012

CON CARA DE PERRO



Joder.
No me acostumbro a esta Jefatura.
Llevo cuatro meses aquí -en La Coruña- y aún estoy incómodo, fuera de sitio. Me dicen algunos colegas que siempre tengo cara de "enfado constante"; cara de culo. No es verdad: es que aún no he encontrado mi sitio. Pero no me importa; que un comisario tenga cara de perro no está de más; puede ser muy útil.
Lo que me falta es una hembra.
No.
No volveré a pasar por ello.
Aún está muy fresca la herida del último desengaño. No me volveré a enamorar…
…¿Quién es ésta? ¡Qué tetas tiene! Tranquilo, Casteleiro, no te pierdas. Sé un profesional.
-“¿Puedes venir a verme ahora?”
No esperé a oír qué me contestaba. Cuando entró en el despacho le planteé rápidamente el trabajo. Un sucio asunto de agresión sexual. Tratar con ella algo así me rebajó la libido. Mejor.
La eché.
He oído hablar de ella. Las malas lenguas bullen en esta Jefatura: son unas porteras. Que si se lió con éste…, que si es muy buena haciendo aquello…
Me da igual. Está muy buena; pero ahora yo no tengo humor para acercarme a otra mujer.
Aún no.
Pero, cuando se marcha del despacho, le miro el hermoso culo con delectación.
Tranquilo, Casteleiro.